La industria del vino en Italia es considerada de gran importancia para el desarrollo económico de este país. En conjunto con España y Francia son los países con mayor superficie de viñedos desde hace ya varios siglos, así como también de producción de uva en el mundo, donde Italia se lleva el primer lugar en este rubro.
Vino en Italia, conoce esta fascinante industria en este país
No es de extrañar que se produzca tanto vino en Italia (aproximadamente 44 millones de hectolitros al año), ya que es considerado uno de los mayores consumidores de vino per cápita del mundo y de los principales exportadores de sus diferentes variedades hacia otros grandes compradores como son Alemania, Dinamarca, Reino Unido, Portugal, China y América entre otros.
Cuando se habla de vino en Italia, casi todas las regiones del país están involucradas en el cultivo, elaboración y distribución. Los principales productores vienen de la región de Apulia, directamente en el “tacón” de la “bota” de la península Itálica.
Sin embargo, también son productores las regiones de Piamonte, Emilia, Lombardía, Liguria, Veneto, Trentino, Friul, Toscana, Alto Adigio, Valle de Aosta, Romaña y las Islas de Cerdeña y Sicilia.
En este sentido, Italia pose alrededor de 200 Denominaciones de Origen Contralado (DOC). Es importante acotar que a partir del año 2009, los vinos italianos siguen la clasificación establecida con el sistema de codificación unificado de la Unión Europea: D.O.P. (Denominación de Origen Protegida), y la I.G.P. (Indicación Geográfica Protegida).
Del mismo modo, se continúan utilizando y son perfectamente reconocidas las clasificaciones originarias de Italia como son: D.O.C.G. – Vinos con Denominación de Origen Controlada y Garantizada (Denominazione di Origine Controllata e Garantita) e I.G.T. – Vinos con Indicación de Origen Geográfico (Indicazione Geografica Tipica).
Las denominaciones D.O.C.G. y D.O.C. abarca aquellos vinos de características excelentes obtenidos a través de uvas de regiones exclusivas para el cultivo de esta, y que respetan la normativa definida como “Disciplinari de Produzione”, donde se establecen parámetros estrictos de calidad tanto en la designación como el terreno, las combinaciones, las siembras y sus características.
Existe una Comisión de Degustación de vinos en Italia, encargada de someter los vinos que pueden entrar dentro de estas 2 categorías a pruebas y análisis rigurosos y bien específicos; con el fin de garantizar la excelencia de los mismos. La industria vinícola en Italia posee actualmente alrededor de 403 zonas D.O.C.G. y D.O.C.
Por su parte, los vinos con denominación I.G.T., están comprometidos a elaborarse con por lo menos el 85% de los cultivos de uva de la región geográfica a la que corresponden. La identificación o rótulo de la botella puede incluir la zona de fabricación seguido del tipo o variedad de la vid.
Existen los llamados vinos de mesa – Vino de Tavola (VdT), los cuales son de consumo general y de baja calidad, por consiguiente, no puede indicarse en la etiqueta la zona geográfica ni la variedad y no existe ningún tipo de restricción en este sentido para su elaboración.
También encontramos vinos efervescentes como el Frizzanti (semi espumoso), al cual se le agrega gas (vino con gas añadido) y que se distinguen de los vinos Spumante (espumosos) porque el gas resultante es una consecuencia directa en el proceso de segunda fermentación original en botella cerrada.
Debido a las características de producción y las diversidades en las siembras para la obtención de vinos, la industria vinícola en Italia posee importantes variedades en tintos y blancos; como son los producidos con la famosa cepa “Nebbiolo” de la región de Piamonte y sus distinguidos Barolo y Barbaresco, el Asti espumante elaborado de Moscato Bianco.
Las siembras de uvas de variedad San Giovese, propio de la región de Toscana para la produccion del conocido Chianti; las uvas Corvina, Rondinella, Molinara, Gargánega y Trebbiano en el territorio de Veneto, donde encontramos vinos tintos muy populares como los Valpolicella y Bardolino; blancos como el Soave y de pasas como el Amarone della Valpolicela.
Es importante destacar que en las últimas décadas se ha venido observando una caída en la producción y el consumo interno de vinos en Italia, motivado a cambios importantes en los patrones de consumo de sus habitantes, sobre todo dentro de las nuevas generaciones.
Aunado a esto el desarrollo de políticas agresivas de producción vinos, comercialización y bajos costos que tienen los países emergentes, va en detrimento de las empresas productoras italianas que tienen que lidiar con fuertes regímenes agrarios y normativas, lo que eleva sus costos y por ende, disminuye su producción.